Un lugar común donde dar cabida a las diversas actividades que complementan la experiencia de habitar en un hogar.
Hemos iniciado el proceso de la configuaración del edificio desde dos puntos de vista de forma paralela. El primero de ellos, es el punto de vista urbano, ya que el conjunto de estas propiedades privadas acaba teniendo una gran repercusión en el espacio público que configuran. En este sentido, la propuesta pretende que el conjunto de viviendas sea un reflejo hacia la calle, de la actividad que se realiza en el interior. El segundo punto de vista se centra en una escala más cercana: la vivienda y sus formas de habitarla.
Las nuevas demandas, derivadas en parte por la situación de inceridumbre económica, son las que han generado la solución adoptada finalmente. Esta solución consiste en la agrupación ineal de lo que hemos llamado «módulo básico», ofreciendo la posibilidad de generar múltiples situaciones flexibles. Podemos decir, que ambos puntos de vista se encuentran como solución idónea para su posible adaptación a diferentes tipos de solares. En este caso, hemos elegido como ejemplo un solar con patio interior, en el que el edificio se desarrolla perimetralmente.
La configuración del conjunto viene determinada por la elección del mínimo módulo habitable, con el fin de obtener mayor rango de combinaciones. La dimensión de este módulo son 20 m2, de modo que sus multiplos nos proporcionan espacios de 20-40-60-80-100-120 m2. Cada unidad habitable está dotada de la infraestructura necesaria para que pueda desvincularse de la vivienda (o espacio) al que pertenece y pueda «independizarse» funcionando de forma autónoma. Este es el principal aspecto por el que apuesta el proyecto, y que condicionará el modo de agrupación general.
La construcción del módulo básico se realiza en un sistema de madera contralaminada. La construcción con este material nos aporta la posibilidad de eliminar los puentes térmicos (principal causa de pérdida de calor en viviendas), gracias a su bajo coeficiente de conductividad térmica El aislamiento se coloca como una envolvente continua al exterior.
Este sistema constructivo implica la preparación de los módulos en taller. Este proceso garantiza un mayor control sobre la ejecución, la disminución de los tiempos de montaje en obra, y la eliminación de errores derivados de la mala ejecución «in-situ». Estos aspectos repercuten de forma directa en el proyecto económico, y garantizan un mayor control.
La construcción en madera, y por lo tanto con «junta seca» nos ofrece una gran facilidad en el montaje al no depender de agentes meteorológicos, ni tiempos de espera. Su carácter «desmontable» Facilita el paso y registro de instalaciones, y la adaptación a nuevos usos. Los cambios de distribución en la vivienda pueden ser rápidos y sencillos.
La agrupación general de las viviendas en planta viene claramente determinada por el objetico principal por el que apuesta este proyecto. Este objetivo, consiste en garantizar la posibilidad de que cada uno de los módulos que configuran las viviendas pueda desvincularse del conjunto, y funcionar de forma independiente. Esta solución daría respuesta a las situaciones en las que, por cualquier motivo, alquien desease «desprenderse de una parte de su vivienda, sin que su intimidad se viese comprometida. De la misma manera, se beneficiarían aquellos que estuviesen buscando la posibilidad de aumentar su espacio.
Por lo tanto los módulos adoptan una disposición lineal, garantizando las mismas condiciones de habitabilidad para cada una de ellas. Asumiendo por lo tanto la versatilidad de estos espacios, el módulo se plantea con un equipamiento «de serie» que puede ser configurado fácilmente por cada usuario (paramentos – control solar -equipamiento), gracias a la flexibilidad que nos proporciona la construcción en junta seca. En el mismo sentido, la dotación a cada uno de estos módulos de un suelo técnico ofrece la posibilidad de adaptar cada espacio a todo tipo de necesidades tecnológicas, convirtiendo un dormitorio en una oficina o modificando un salón en una gran cocina con libertad de distribución.
Por otra parte, la construcción de las viviendas en madera exige la separación del núcleo de comunicaciones en hormigón. Esta imposición crea un sistema de pasarelas extentas, en las que aparecen, según las necesidades, unas conexiones puntuales con las viviendas. Este sistema que se desarrolla en la zona trasera de las viviendas es un organismo que alberga ciertos espacios comunes, mediante el crecimiento de estas pasarelas. Estas zonas, son lugares de extensión de las viviendas donde los vecinos pueden encontrar un lugar común donde dar cabida a las diversas actividades que complementan la experiencia de habitar en un hogar.